JUAN DIEGO, GRAN ACTOR, GRAN LUCHADOR
Tuve la enorme suerte de conocer a Juan Diego en 1974, cuando se estaban fraguando las movilizaciones de los actores por sus derechos laborales. A nuestro despacho de Españoleto 13, empezaron a acudir Juan Diego, Julia Peña, Gerardo Malla, Amparo Valle, Concha Velasco, Amparo Climent y otros jóvenes artistas, que causaban la sorpresa y los comentarios de nuestros clientes que aguardaban en la sala de espera.
Al poco tiempo tuve que sustituir a mi compañero Jesús García Varela en las tareas de asesoramiento jurídico del movimiento de actores. Y durante meses de frecuentes y agotadoras reuniones (la mayoría de ellas avanzada la noche, cuando terminaban las funciones de teatro) así como de negociaciones con los empresarios y sobre todo con la jerarquía del sindicato franquista del espectáculo, disfruté con la clarividencia y talante negociador, la simpatía, el empuje y la capacidad de liderazgo de Juan Diego.
La lucha dio resultados muy positivos con importantes avances para este sector de trabajadores de la cultura. En esos logros el papel de Juan Diego fue fundamental (como también lo fue la actitud dialogante del que después sería líder de UCD y ministro del Interior con Adolfo Suarez, Juan José Rosón).
Juan Diego, militante del PCE y de CCOO, siguió siempre estando activo en las luchas por el progreso de la democracia, de los derechos de los trabajadores y de causas solidarias dentro y fuera de nuestro país.
Y además fue un grandísimo actor que nos hizo disfrutar, reír, llorar, emocionarnos con sus trabajos en el cine, en el teatro y en la televisión, con una enorme diversidad de registros y con la inolvidable expresividad de su cara y su voz, cada vez mas ronca.
Los profesionales del cine, del teatro, de la televisión, le deben mucho a Juan Diego, así como sus compañeros de lucha en la izquierda.
Nunca le olvidaremos.